En Cataluña encontramos múltiples cascadas y saltos de agua. Uno de ellos es el Salt del Molí, en concreto el Salt del Molí de Salgueda (ya que hay varios saltos en Cataluña llamados de la misma manera).
Este Salt del Moli se encuentra en el bonito pueblo de Vidrà, en la comarca de Osona (Provincia de Girona), a unos 100 Km de la ciudad de Barcelona. Vidrà es un pueblo tranquilo, con apenas 150 habitantes y rodeado de una naturaleza espectacular, entre ella, este salto de agua. Hay varios alojamientos (como, por ejemplo, un camping y un hostal) donde poder pasar unos días para conectar con el entorno.
Conoce el Salt del Molí
El Salt del Molí es una cascada del Río Ges (un afluente del Río Ter), de unos 20 metros de altura con abundante agua durante todo el año. Por lo que se convierte en un lugar ideal para visitarlo tanto en invierno como en los días más calurosos del verano, ya que puedes bañarte en él.
Se llama Salt del Moli (Salto del Molino, en castellano) ya que muy cerca al salto de agua había un molino, del que aun, hoy en día, se puede ver las ruinas.
Datos sobre la excursión al Salt del Moli
- Excursión de unos 5 Km
- Ruta circular
- Ruta señalizada con postes y con marcas amarillas y blancas
- Tiempo aproximado de 3h
- Dificultad media
- Desnivel de 200m aproximadamente
Cómo llegar al Salt del Molí
1. Llegar y aparcar en Vidrà
Para empezar, tendremos que llegar a Vidrà, por la carretera BV-5227, con nuestro propio vehículo, ya que no hay un transporte público con el que poder llegar de forma fácil y ràpida. Una vez en Vidrà, podremos aparcar por el centro del pueblo, aunque lo ideal es aparcar justo en frente de Fustes Verdaguer S.A (caben unos 5 coches). En Google Maps aparece un aparcamiento que, anteriormente, era gratuito, pero, ahora, el parking es exclusivo para clientes del hostal de Vidra.
2. Tomar el sendero hasta el Salt del Molí
Si aparcamos en Fustes Verdaguer, situado cerca del camping Vidrà, ya veremos un poste con una señal indicando el Salt del Molí. Tendremos que seguir las indicaciones y dirigirnos por el siguiente sendero:
El primer tramo será un camino estrecho, frondoso y de bajada que nos conducirá hasta una puerta de hierro. Tendremos que cruzarla para terminar viendo otra puerta que también habrá que cruzar.
Siguiendo por este mismo sendero, llegaremos a un camino más amplio y despejado por el que pueden circular, incluso, coches. Tendremos que tomar la derecha para terminar viendo un riachuelo.
De pronto, empezaremos a escuchar el sonido de cencerros. Eso significa que vamos por buen camino, ya que unos pasos más adelante nos toparemos con un prado de vacas. Ahí veremos una nueva señal indicando el Salt del Molí. Tendremos que bajar esa pequeña rampa para situarnos al mismo nivel que el prado. Ahí habrá dos opciones. Una, atravesar el prado (ya que no está vallado) o, dos, tomar el camino que bordea el prado. En este último caso, nos tendremos que ir agachando, dado que por este tramo hay ramas caídas. En todo momento, tendremos el prado y las vacas a nuestra derecha.
Una vez bordeado el prado, continuaremos por el sendero por el que nos iremos encontrando señales, indicando Molí Nou/ Bassa, hasta dar con la que indica Salt Molí.
Pasada esta última señal, nos encontraremos con unas pequeñas balsas en las que poder refrescarnos y donde se encontraba el molino. Tendremos que cruzarlas para continuar por un camino de subida.
Nos volveremos a encontrar un poste con una señal indicando el Salt del Molí. Significa que vamos por buen camino y que queda muy poco. Empezaremos a ver un puente de piedra “románico” (aunque realmente fue construido en 1846 según una inscripción en el propio puente).
Lo cruzaremos y nos situaremos frente a una bifurcación. Deberemos tomar el camino de la derecha, tal como indica la señal.
Tras ello, llegaremos a la cima del salto desde el que podremos contemplar como cae con fuerza el agua, con cuidado de no aproximarnos mucho. En ese momento, tendremos que tomar el camino de bajada por el que tendremos el salto a nuestra derecha.
Al fin habremos llegado al Salt del Molí, una espectacular cascada donde descansar, relajarse e incluso darse un buen baño (en caso de que sea verano), para reponer fuerzas y continuar la caminata de vuelta al parking.
3. De vuelta al aparcamiento
Toca continuar y para ello tendremos que haber cruzado el río, ya sea descalzos mojándonos los pies, o pasando por encima los pilones de cemento situados justo en la cascada. En cualquier caso, una vez cruzado al otro lado, deberemos seguir el curso del río. Tras pocos pasos, veremos un árbol con las marcas amarillas y blancas (las que habremos podido ver en algún punto del recorrido y que indican la ruta del Salt del Molí). Tendremos que tomar este camino de subida.
Quizá ésta sea la parte más complicada de toda la ruta, ya que la subida es bastante empinada y el camino está repleto de raíces de los árboles, con lo que tendremos que ir con cuidado y prestando especial atención al suelo. Durante este tramo veremos alguna que otra vez la marca blanca y amarilla indicándonos la dirección correcta.
Una vez arriba de todo daremos con una bifurcación. Tendremos que tomar el camino de la derecha y continuar por este sendero mucho más amplio y más llano hasta casi llegar al aparcamiento. Por el mismo tendríamos unas vistas maravillosas si no fueran por los postes eléctricos que estropean el paisaje.
Casi al final de este sendero veremos algunas señales indicando otra cascada, la del Salt del Mir. Más adelante pasaremos por una depuradora de agua hasta por una granja de vacas.
Una vez pasado esto, nos encontraremos con un poste con indicaciones y una pequeña rampa. Deberemos tomar la derecha una vez subida la rampa y, finalmente, habremos llegado de nuevo al pueblo de Vidrà, donde ya podremos visualizar el parking a lo lejos.
Consejos para la excursión
Esta excursión es apta para todo el mundo, ya que la pueden hacer tanto pequeños como mayores, únicamente hay dos tramos en los que hay que prestar más atención, ya que hay un desnivel considerable. Los dos tramos más complicados son el de bajada para acceder a la cascada y el de subida pasada justo la cascada. El resto es una ruta bastante sencilla, no muy larga y agradable dado que transcurre por un entorno tranquilo y bonito.
Recomendaciones
Ropa y calzado: llevar ropa cómoda y de deporte. En caso de ir en verano, llevar consigo bañador o bikini y escarpines para poder darse un buen chapuzón.
Comida: preferible llevar vuestra propia comida para poder comer junto a la cascada y así poder disfrutar de la ruta sin ningún tipo de prisas y, sobre todo, llevar mucha agua. Por último, recordad traer con vosotros todo lo que llevasteis para dejar el paisaje tal y como estaba.
Época: como es de suponer, en épocas de lluvia el caudal será mayor. Sin embargo, en cualquier época del año la cascada lleva agua. Esto hace que en verano suela estar bastante concurrida, dado que muchos otros saltos en esta época del año están secos.
Si te ha gustado esta ruta, no te pierdas la excursión a las Cuevas de Can Riera. Cualquier duda sobre esta ruta puedes dejármela en comentarios o contarme qué tal te ha parecido esta excursión.